A mediados de enero aparecerá mi libro de relatos e ilustraciones Sombras y siluetas. Lo publican megustaescribir.com, una plataforma de Penguin Random House que lo distribuirá en papel y formato digital. Cuentos cortos con saltos temporales, vampiros, abducciones, desamores, tentáculos que surgen de la oscuridad, calamares y relaciones complicadas; todo con personajes estrafalarios y mucho humor.
Hablando de cuentos, me extraña que se publiquen tantas historias navideñas y, en cambio, tan pocas ambientadas en Nochevieja. Aquí tengo una que me ha salido un pelín cochina... qué se le va a hacer.
LA SÉPTIMA CAMPANADA
Hablando de cuentos, me extraña que se publiquen tantas historias navideñas y, en cambio, tan pocas ambientadas en Nochevieja. Aquí tengo una que me ha salido un pelín cochina... qué se le va a hacer.
LA SÉPTIMA CAMPANADA
Tessy Von Stripper trabajó durante años en un cabaret de Bangkok perfeccionándose en el espectáculo de Vagilaunchball; es decir: lanzamiento de bolas de ping pong con la vagina.
Llegó a ser la principal estrella del local Dark Horse. Los jueves por la noche salía al escenario llevando una caja con una docena de pelotas blancas como la nieve. Se tumbaba en la pista con las piernas muy separadas, introducía una pelotita en su vagina y con un hábil movimiento pélvico la esfera salía despedida trazando un círculo tirante, como un relámpago blanco. A veces, alguno de esos proyectiles surgía despedido con tanta fuerza que hacía añicos alguna de las botellas de la barra con gran regocijo del público.
Tessy tenía un admirador, Ivo Plusvalía, un sesentón de aspecto formidable. Ivo era un acaudalado hombre de negocios y propietario de un equipo de fútbol. Durante un apoteósico show de Tessy la noche de fin de año una de las pelotitas aterrizó en la copa de cóctel de Ivo. Éste lo interpretó como un buen augurio y abordó a Tessy cuando salía al amanecer del Dark Horse:
-Tessy, te adoro. Desde ahora reservarás sólo para mí tu número de las pelotas de ping pong.
-Tenis de mesa –le corrigió Tessy.
Nochevieja. Un año después.
Hora de cenar. Ivo y Tessy están sentados en una mesa cubierta de platos y copas como una isla iluminada. Un mayordomo y una doncella –sinfonía en blanco y negro- sirven champaña y se retiran discretamente. Ivo mira embelesado como el cristalino brillo de las copas se refleja en los ojos de Tessy. Es una fecha doblemente especial; fin de año y, además, su aniversario.
Tessy fija su mirada en un reloj de pared.
-Cariño, son casi las doce.
Ivo apura su copa y enciende un gran televisor de plasma. Mientras, Tessy desabrocha su vestido negro de fiesta sin hombros y lo deja caer graciosamente. Completamente desnuda, a excepción de sus zapatos de tacón, se dirige hacia Ivo que la aguarda tumbado de espaldas sobre la alfombra. Ella sostiene en la mano una bolsita de celofán rojo con doce granos de uva, se coloca en cuclillas encima de la cara de Ivo y éste abre la boca todo lo que le permite su último lifting.
Repican las agudas notas del carillón. Tessy se introduce un grano de uva en la vagina.
-¡Goooong! –se oye la primera campanada.
La acróbata vaginal lanza con fuerza un grano de uva que cae en la boca de Ivo. “Una”, grita Tessy.
-¡Gooooong!... “¡Dos!”
Lamento que esta historia no tenga un final feliz para Ivo pues murió asfixiado al atragantarse con la uva de la séptima campanada. Había nombrado a Tessy heredera de todos sus bienes, lo que le permite a la reciente viuda disfrutar de un dorado retiro en una enorme casa colonial en las Islas Seychelles.
FIN
¿CONOCEN A ESTE PERSONAJE?
El amigo invisible, muy popular en estos dias.
También se habla mucho de los propósitos de Año Nuevo. Yo, me he propuesto cumplir con dos:
-No ver películas que duren más de dos horas. Bastantes dolores de espalda he soportado con Marte, Sinsajo Parte-2 y El puente de los espías.
-Beber menos.
Claro que los buenos propósitos de Año Nuevo se olvidan con la resaca del dia uno.