He ganado un premio en el concurso Cuentos y vermut convocado por el Museo del vermut de Reus (creo que es la única ciudad del mundo con un museo dedicado a este aperitivo) Las únicas reglas eran que los textos no excedieran de dos folios y que en alguna escena apareciera un vermut.
LOW COST
Con el tema Reflektor de Arcade Fire sonando a todo volumen en los auriculares, Sara Tippihedren se siente como en el cielo y lo está: en la cabina del vuelo 714 Palma-Barcelona, con un vaso de vermut en la bandeja plegable de su asiento. Estira el cuello para mirar por una ventanilla, allá abajo el mar resplandece como el dorso de escamas plateadas de un gigantesco dragón marino. “Ya debemos estar a punto de llegar”, piensa, y entonces el avión hace algo insólito.
Se ha quedado parado. Por un momento Sara se teme que el aparato se precipite al vacío pero no, está suspendido inmóvil en el aire, como un globo sonda. Los pasajeros se miran entre sí desconcertados y Sara se quita los auriculares cuando el copiloto asoma la cabeza por la cortina de la clase turista.
-Señoras y señores pasajeros: acaban de comunicarnos que Topaz Airlines ha presentado suspensión de pagos y no podemos continuar el viaje. Lo sentimos, pero tendrán que seguir a pie. Pueden bajar cuando se les antoje.
-¡Esto es una vergüenza! –grita un pasajero de camisa estampada verde.
-¡Y el gobierno venga a decir que ya no hay crisis! –protesta una señora con pamela floppy de paja.
Sara se pone los zapatos, coge su bolsa de viaje por el asa y sostiene horizontalmente una caja octogonal con una ensaimada Horno Santo Cristo tamaño 470x470x70.
Han abierto las puertas de emergencia y al otro lado les espera de pie sobre las nubes una sonriente azafata. Parece una vampira de película serie-B con su canino manchado de carmín.
Han abierto las puertas de emergencia y al otro lado les espera de pie sobre las nubes una sonriente azafata. Parece una vampira de película serie-B con su canino manchado de carmín.
-¡Vamos, salgan, no teman! Además, casi hemos llegado –señala hacia abajo-. No estamos lejos. ¿Ven? Allí está el monumento a Colón, y la aduana del puerto… No tienen más que ir en esa dirección. No olviden su equipaje…
La bajada no parece tener más de tres kilómetros de altura aunque una fina niebla lo cubre casi todo. Sara mira asustada en derredor. Cierto: la gente comienza a descender con las maletas en la mano y desaparecen en la neblina.
Levanta el pie por encima de la puerta y salta. Camina varios metros por un terreno invisible. Le parece andar por arena mojada. “De modo que eso es lo que se siente al avanzar entre nubes”, se dice. Atraviesa un grueso nimbo que la rocía con frías gotitas de agua.
Entonces las ve, suspendidas sobre ella en el cielo, prestas para lanzarse en picado. Las gaviotas giran y se remontan juntas contra el viento. Una gaviota desciende veloz sobre un pasajero con maleta de ruedas y caja de ensaimada que se ha quedado rezagado. Al instante se le unen otras, seis, siete, una docena de gaviotas. “Quieren la ensaimada”, piensa Sara. El hombre usa la caja octogonal como escudo cubriéndose la cabeza. Las gaviotas continúan lanzándose sobre él, los agudos picos rasgan la carne, buscan los ojos, mientras otras devoran la ensaimada.
De repente uno de los pájaros, con el pico manchado de sangre y azúcar en polvo, fija su mirada en la caja que lleva Sara y alerta al resto de la bandada con un estridente graznido. Sara les arroja la ensaimada para ganar tiempo y corre a toda velocidad hacia el monumento a Colón.
Jadea… “Espero poder llegar a la columna, meterme en el ascensor y bajar en las Ramblas”, y Sara Tippihedren se apresura saltando de una nube a otra mientras las gaviotas describen círculos a su alrededor.
CÓCTEL NEGRONI
El premio consiste en una caja con seis botellas de vermut reserva y un kit de coctelería. Con esto puedo preparar uno de mis cócteles preferidos, el Negroni:
Preparar en vaso mediano: hielo, 1/3 Vermut rojo, 1/3 Ginebra, 1/3 Campari.
Remover y servir con una rodaja de naranja.
El Negroni Sbagliato (Incorrecto) se prepara con cava sustituyendo la ginebra para quien prefiera una bebida más ligera.
EL 2016 DEL FUTURO
Mi última portada para un curioso libro de Jack London: La peste escarlata, escrito en 1912, y ambientado en un post-pocalíptico 2016 en el que la Tierra es azotada por una pandemia; los humanos se vuelven de color rojizo, mueren y se desintegran en pocos minutos. ¿Han notado últimamente alguna manchita roja al mirarse en el espejo?