En mi entrada del 6 de marzo Un piso deshabitado hablo de mi vuelta al trabajo de Enseñapisos. Lo he sido durante cinco años y me pasaron algunas cosas curiosas:
Los primeros días me acompañaba Ana, una agente inmobiliaria que me enseñó algunos truquitos de la profesión como éste: al abrir la puerta da unas patadas en el suelo. “En los pisos que llevan mucho tiempo cerrados a veces hay ratas.” - me dijo-. “Con unos golpes así se espantan, si te preguntan porque lo haces respondes que compruebas la textura del suelo."
Entramos en un piso con fuerte olor a cerrado y siluetas fantasmales donde antes había muebles. El dueño había muerto hacía un año. Me quedé observando un horrible cuadro con una escena mitológica –el Juicio de Paris- mientras Ana avanzaba por el pasillo: “Procura cerrar el trato en la mejor zona de la casa que es esta…” De pronto soltó un potente grito. ¿”Se habrá topado con una rata sorda”? –pensé mientras corría hacia ella.
Ana estaba contemplando una cara resplandeciente que parecía flotar en el centro de una habitación oscura. Encendí las luces. La presunta aparición resultó ser un maniquí. Su cara de porcelana reflejaba la luz del pasillo mientras el resto permanecía oculto en las sombras.
Tuve otra experiencia con un maniquí. En una habitación encontré una guerrera del ejército alemán –bien conservada pero llena de polvo y ácaros- con un escudo de tela donde se leía Spanien y debajo la bandera roja y gualda; una guerrera de la División Azul. La vendí en eBay por 700 euros. Hice el primo, podría haber sacado mucho más.
Pero en un planta baja oscura y siniestra de la parte alta me topé con algo de lo más inquietante. Una silla de ruedas apoyada contra una pared. A la altura de los ojos el papel pintado se veía desgarrado como si alguien lo hubiera estado arañando con las uñas una y otra vez. ¡Una visión terrorífica!
También he conocido edifícios donde se saltan la planta número 13 por la fobia hacia este número que tiene un nombre: Triscaidecafobia. Por cierto que hoy es viernes 13 y Día Mundial del beso. Muak!
ESTO ES FICCIÓN.
Estas experiencias me dieron la idea para una historia. La cuento en primera persona porque me resulta más fácil.
RECETA: MACARRONES A LA LEÑADORA
Aunque aquí la primavera se presente fría y lluviosa esta es la típica receta primaveral en Italia.
Sofreír bacon cortado a tiras. Añadir champiñones, guisantes (arvejas, para mis amigos del otro lado del charco) aceitunas negras deshuesadas y cortadas en rodajas y un tomate de lata, de los enteros y pelados. Dejar reducir un poco a fuego mediano y verter 1/2 brick de nata para cocinar. Remover y apagar el fuego.
Mientras tanto, los macarrones se habrán cocido en agua salada. Colar, mezclarlos con la salsa y servir con pimienta recién molida.
Y de postre, una chorradilla sobre una conocida leyenda urbana: